Mucho de lo que crees es el resultado de todo lo que has visto y oído desde que eras un niño. Por lo tanto, es común que ciertos conceptos, prácticas y pensamientos se hayan convertido en verdades absolutas para ti.
El problema es cuando estas acciones e ideas empiezan a interferir negativamente con tus elecciones. En tales casos, podemos hablar de creencias limitantes. El término en sí mismo ya explica bastante, pero vale la pena conocerlo más profundamente para comprender los impactos que trae a las personas que las poseen.
Si quieres tener mejores resultados tanto en el mercado laboral como en tu vida personal, necesitas encontrar formas de cambiar tus creencias limitantes, en este artículo vamos a ver cómo.
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¿Qué son las creencias limitantes?
Son marcas negativas que se han ido construyendo a lo largo de la vida y pueden afectar a la forma en que nos relacionamos con la gente, a nuestra forma de trabajar e incluso en cómo nos relacionamos con nosotros mismos.
En otras palabras, son miedos, pensamientos y certezas que nos impiden alcanzar ciertos objetivos. Así, si una persona cree que la vida es difícil, todo se verá como algo complicado, inalcanzable y extremadamente desafiante.
Al mismo tiempo, una persona que ha crecido creyendo que no tiene un perfil empresarial difícilmente encontrará motivación para cambiar de carrera. En ese caso, es probable que nunca se arriesgue a invertir en su sueño de tener su propio negocio.
Es importante entender que las creencias limitantes son aquellas barreras generadas a partir de las percepciones del individuo sobre su vida, su carrera, sus aptitudes, sus habilidades, etc. Por lo tanto, la solución depende de un cambio en el pensamiento y las actitudes.
Lista de creencias limitantes
Las personas que viven con este tipo de problemas se rinden fácilmente, dejan de lado sus deseos en el primer obstáculo y tienden a culpar a factores externos por su falta de éxito. Es común que justifiquen sus elecciones basándose en las siguiente lista de creencias limitantes:
- ¡No me lo merezco!
- ¡No soy bueno en eso!
- ¡No puedo equivocarme!
- ¡No necesito cambiar porque eso es bueno!
- ¡No tengo tanta suerte como los otros!
- ¡Nunca llegaré a ese nivel!
- ¡No tengo tiempo ni dinero para nada!
- ¡No quiero disgustar a esa persona!
- ¡Es demasiado tarde para mí!
¿Cómo identificar las creencias limitantes?
Las creencias limitantes pueden perjudicar a una persona en cualquier etapa de la vida. Son las principales responsables de la falta de motivación en los estudios, la baja autoestima en una relación o la falta de determinación en el trabajo.
Es importante identificarlos para que no interfieran en decisiones importantes. Vea algunos de los ejemplos más comunes y las consecuencias que causan:
Miedo a aprender algo nuevo
Muchas personas alimentan la idea de que los cambios no son necesarios y no aprovechan las grandes oportunidades. Un ejemplo sería el de un profesional que aspira a un puesto de dirección sin preocuparse por ampliar sus conocimientos o su formación para ocupar el puesto.
Lo mismo ocurre con alguien que quiere cambiar de carrera, pero pospone el deseo de tomar un curso específico por miedo a fracasar en los estudios. En tales casos, la creencia de ser alguien inexperto en relación con el resto de la clase hará que el individuo deje el aprendizaje en un segundo plano.
La falta de confianza en uno mismo
Una persona que cree que comportamientos como la postergación, los retrasos y las distracciones definen su perfil nunca se sentirá preparada para enfrentarse a una rutina de graduación, por ejemplo. Esto se debe a que tenderán a pensar que las características negativas nunca pueden ser cambiadas.
¿Te imaginas a alguien que deja un MBA porque cree que no podrá manejar la carga de trabajo? En este caso, la falta de confianza no permite ver que otros profesionales tienen rutinas similares y pueden, con un poco de organización, cumplir todas las obligaciones y revisar el contenido de manera eficiente.
La vergüenza de estar expuesto
Otra categoría de creencias limitantes tiene que ver con el miedo a presentar ideas, propuestas y percepciones a otras personas. La razón viene del miedo a ser avergonzados o ridiculizados por aquellos que tienen contacto con la información presentada.
En este ejemplo, la persona puede tener dificultades para comunicarse en reuniones, para hablar en público o, en casos más extremos, para exponer sus soluciones en pruebas escritas; después de todo, alguien evaluará el contenido y añadirá una nota.
Para los que sufren el problema, un posible mal desempeño en estas situaciones será suficiente para renunciar a procesos similares.
¿Cómo puedo evitarlas esta tipo de creencias?
No tienes que ser víctima de malos pensamientos toda tu vida. Entiende que algunas creencias son bienvenidas y forman parte de tu formación como ser humano y ciudadano. Siendo consciente de esto, podrás tomar mejores decisiones basadas en lo que realmente quieres para cada momento.
Además, siempre que una idea actúa como un bloqueo, vale la pena buscar formas de eliminarla para que se abran nuevas oportunidades en el ámbito personal o profesional. Vea a continuación cómo trabajar en este cambio poco a poco.
Identificar las creencias limitantes
Descubrir lo que te ha impedido lograr algo es el primer paso. Para ello, piensa en lo que te gustaría hacer, reflexiona sobre por qué no has empezado todavía, y escríbelo todo en un papel.
Por ejemplo: quiero hacer un curso de postgrado, pero no tengo el tiempo o el entrenamiento específico para eso. En tales casos, es importante buscar alternativas que permitan llevar el sueño adelante.
Investigar y reflexionar sobre las causas
Muchas creencias limitantes no son más que ideas sin fundamento. Por eso es crucial desafiarlos y saber de dónde vienen. Unas cuantas preguntas podrían ayudar:
- ¿Siempre he pensado así?
- ¿Otros individuos están de acuerdo con mi pensamiento?
- ¿Esta creencia me ayuda a progresar o sólo crea obstáculos?
- ¿Cómo enfrentaría todo esto si fuera otra persona?
Las preguntas me ayudan a pensar «fuera de la caja» y a entender si realmente vale la pena mantener mis creencias como están. Con el tiempo, serás capaz de ver todo desde una perspectiva diferente para, tal vez, transformar la forma en que se hacen las cosas.
Establece tus próximas metas..
Muchas creencias limitantes vienen a la mente cuando necesitamos establecer objetivos. Por lo tanto, es común que, de una manera que no siempre podemos explicar, surjan las temidas barreras:
- No puedo
- No puedo
- ¡No sé cómo hacerlo!
Estas declaraciones no tienen por qué ser vistas negativamente, siempre y cuando se aprenda a superarlas. Para ello, concéntrese en un objetivo y piense en las ventajas que tendrá para lograrlo. Esto traerá mucha motivación para superar el miedo a arriesgarse, experimentar y buscar mejoras.
Adoptar creencias de empoderamiento
Después de identificar y reflexionar sobre los pensamientos que dañan tu vida, es interesante establecer nuevas creencias. Estos deben ser positivos para que fortalezcan su viaje hacia nuevos logros.
La mejor manera de hacerlo es invertir en preguntas que generen dudas sobre las creencias limitantes. Otra posibilidad es enfrentarse a alguna situación que le obligue a hacer cosas que hasta ahora no creía que fuera capaz de hacer.
Así que, en lugar de decir «No puedo mantener un plan personal por falta de voluntad», di «Antes no me preocupaba por organizar mis horarios, ahora tengo herramientas y estrategias que me ayudan a cumplir con todas mis obligaciones a tiempo».
Suena exagerado, pero reemplazar las justificaciones con soluciones simples puede cambiar la percepción de una persona y, en consecuencia, sus acciones. Con unos minutos de reflexión en la semana, tus ideas habrán cambiado para mejor.
Y así, ¿ha sido capaz de identificar ejemplos de creencias limitantes que deben ser eliminadas de su vida? Toma nota de ellas y empiece a actuar para tomar decisiones con enfoque, pensamiento crítico y preparación adecuada.